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ANTIFOULING: ¿Qué, cuándo y cómo debo hacerlo?

Como ya sabrás, el antifouling o patente es la pintura que se aplica en la obra viva del barco para evitar que se adhieran al casco organismos marinos. Hay muchos artículos sobre tipos de antifouling y formas de aplicación, nosotros no pretendemos enseñar técnicamente cómo se hace, si no resolver dudas que se os pueden presentar, según la experiencia que hemos adquirido, y centrándonos en las características especiales que tienen las aguas de la costa mediterránea, especialmente Valencia.

La primera pregunta que nos viene a la cabeza por su frecuencia es ¿es recomendable renovar el antifouling cada año? Y la respuesta es sí. La alta temperatura del mar y la presencia de muchos organismos vivos en Valencia hace que se acumule mucho caracolillo en el casco que reduce la velocidad de la embarcación, aumenta el consumo de combustible, obtura pasacascos, entradas de refrigeración… y, en casos extremos, bloquea las partes móviles (hélice, timón, …). Por lo tanto, la patente se deberá renovar cada año utilizando pintura de alta gama.

¿Cuándo es el mejor momento? Nosotros recomendamos hacer el mantenimiento anual durante los primeros y últimos meses del año, cuando la temperatura del agua es bastante inferior, antes de que empiece la temporada, para mantenerlo limpio hasta otoño.

Lo siguiente que nos suelen preguntar es ¿cuánto tiempo debe estar el barco fuera del agua? Lo normal son 3 o 4 días; debemos rascar, limpiar, y dar varias capas de pintura, respetando los tiempos de secado que especifica el fabricante.

El procedimiento de un antifouling normal es el siguiente:

En cuanto tengamos el barco fuera del agua debemos rascar el caracolillo y limpiarlo con agua a presión. Si demoramos este proceso nos encontraremos con que el caracolillo se ha secado y se ha quedado fuertemente adherido. Entonces tendremos que lijar el barco y dificultaremos el proceso, puesto que es un trabajo más largo y complicado.

Antes de pintar hay que comprobar el tipo de antifouling que llevaba el barco anteriormente para poner el mismo o uno compatible.

Los tipos de antifouling mas utilizados son: autopulimentable y matriz dura. 

El autopulimentable es una mezcla de resina y biocidas en una matriz soluble que se va erosionando durante la navegación de forma regular, liberando el biocida paulatinamente. La ventaja es que su espesor se va reduciendo con el tiempo y no se acumulan capas de pintura, pero no es recomendable para embarcaciones con una navegación rápida o zonas con fuertes corrientes que lo deteriorarían en exceso.

La matriz dura es una mezcla de resinas insolubles y resinas solubles, los biocidas se van liberando muy lentamente en el agua. Al secar forman una capa rígida que puede permanecer fuera del agua durante algún tiempo sin perder propiedades y una vez dentro del agua puede ser limpiada periódicamente durante la temporada. Son recomendables para lanchas rápidas y barcos que permanecen mucho tiempo amarrados. El principal inconveniente es que van acumulando capas cada temporada y llega un momento en que hay que hacer un decapado que supone un coste extra.

Cuando sabemos qué tipo de antifouling debemos poner empezaremos con la aplicación de dos manos de pintura en todo el casco y una adicional en línea de flotación, orza y timón, es fundamental respetar los tiempos de secado que especifica el fabricante entre manos. 

Nosotros recomendamos la gama Supreme de Jotun o Micron de Internacional Yacht Paint que aguantan muy bien la temporada.

En las partes metálicas del barco después de su limpieza realizamos lijado hasta llegar al metal, posteriormente aplicamos tratamiento velox plus ( primer y antifouling) o prospeed que es un antifouling para las hélices compuesto por siliconas que resulta muy efectivo porque es muy resbaladizo sin soltar sustancias tóxicas, de modo que tiene una gran durabilidad.

El último paso, antes de devolver el barco al agua, es cambiar los ánodos, que son piezas de aleación de zinc o magnesio que se colocan en las partes metálicas del barco para protegerlas de la corrosión electrolítica. Los ánodos se van deteriorando y es necesario sustituirlos cada año.

Normalmente, cuando sacamos el barco del agua para el antifouling, aprovechamos para hacer el resto de trabajos de mantenimiento que, o bien sólo se pueden hacer fuera del agua, o bien se obtiene un mejor resultado.

Hablamos, por ejemplo, del pulido de casco, reparación de pequeños golpes, pintura de casco,  sustitución de llaves de fondo, revisión de motor, instalación de potabilizadora, aire acondicionado, …

Una buena planificación de los trabajos nos evita tener sorpresas desagradables en la temporada. Si tienes dudas sobre qué trabajos debes realizar en tu embarcación y cuándo no dudes en contactar con nosotros.